Después de tanto tiempo sin actualizar el blog, en un pequeño hueco, vuelvo por aquí.
Hoy en clase hemos visto un documental - película, sobre los mutilados por minas en lugares dónde hubo guerras como Sarajevo.
Esas minas se ponían para que los enemigos no pudieran traspasar las fronteras y de esa manera no perjudicara ni al pueblo ni a la gente que habitaba en ese mismo pueblo. Una vez terminada la guerra, los combatientes se retiran, pero consigo no se llevan las minas, entonces cuando alguien salía para jugar, para comprar o cualquier cosa, alguien, moría a causa de una mina que quedaba enterrada y que no se había quitado.
Muchos de los niños que salían para jugar a fútbol, por ejemplo, pisaban una mina y morían, pero otros, en cambio, perdían un brazo, una pierna o los dos.
Estos niños ahora adultos, con el paso del tiempo, se han ido haciendo fuertes, ya que no han tenido una infancia como les habría gustado tenerla, y por eso se acaban apoyando los unos con los otros.
Nosotros nos pensamos que esa gente ya no puede llegar a ser feliz, porque eso que les pasó se les ha quedado marcado de una manera muy fuerte, pero estamos muy equivocados en eso, ¿por qué? porqué por mucho que hayan sido operados de la pierna miles de veces, de la cara otras miles de veces y de otras partes del cuerpo muchas veces más, ellos quieren ser felices como si no les hubiera pasado nada en su infancia, y con ese pensamiento se van haciendo más y más fuertes, con lo que por ello, consiguen ese futuro que tanto han deseado, como por ejemplo, el de tener pareja, mantener una familia con su pareja y sus hijos, etc.
De esta manera, nos damos cuenta que aunque hayan pasado por lo que han pasado, ellos al igual que nosotros, pueden ser igual de felices o incluso más.
